Una transición justa en el sector de la carne: ¿por qué, quién y cómo?
El enorme y creciente apetito mundial por la carne y otros productos animales tiene profundas implicaciones para el clima, la calidad del aire y del agua, la biodiversidad, la salud humana y el bienestar animal. Hay pruebas sólidas de que se necesita urgentemente un cambio hacia dietas basadas en plantas en las regiones con altos niveles de consumo de productos animales, acompañado de un cambio que nos aleje de la producción industrial de carne. Sin embargo, no fue hasta hace poco que algunos gobiernos empezaron a dar prioridad a esta cuestión, mientras muchos otros apoyan activamente la ganadería industrial mediante subsidios y otras medidas.
Ahora bien, motivados por la preocupación por el medio ambiente y la salud pública, los tomadores de decisiones de varios países están adoptando medidas normativas y financieras para reducir la producción y el consumo de carne. Aunque estos cambios son claramente necesarios y debieron haberse producido hace tiempo, es crucial que se planifiquen con cuidado y de forma inclusiva para garantizar una transición justa.
Las cadenas de suministro de carne sostienen muchos medios de vida, y la carne es una parte importante de la dieta y las tradiciones culturales de muchas personas. Esto significa que las políticas que restringen las prácticas comunes de producción, reducen la producción de carne y aumentan sus precios podrían tener un impacto significativo en toda la sociedad. Un enfoque de transición justa puede ayudar a garantizar que tanto los costos como los beneficios se distribuyan equitativamente, y a proteger a las partes interesadas más vulnerables. Al hacerlo, también puede contribuir a aumentar el apoyo público a la transición.
El concepto de transiciones justas está bien establecido en el sector de la energía, pero apenas está empezando a reconocerse en el contexto de la producción de alimentos. Este informe analiza qué partes interesadas se verán más afectadas por dicha transición y quiénes desempeñarán papeles clave en ella, entre consumidores, agricultores, trabajadores, comunidades y empresas.
A partir del análisis realizado, los autores establecen cinco principios para guiar a los tomadores de decisiones en la promoción de una transición justa para abandonar los altos niveles de producción y consumo de carne industrial:
- Reducir progresivamente las políticas, programas y ayudas fiscales existentes que mantienen la alta producción y el consumo de carne industrial.
- Apoyar alternativas a la carne producida industrialmente que sean sostenibles desde el punto de vista medioambiental y social, y compatibles con el bienestar animal.
- Garantizar procesos de planificación inclusivos y participativos.
- Proporcionar apoyo a las partes interesadas para ayudar a compensar los impactos de una transición.
- Abordar las causas principales de las injusticias en el sector de la carne.
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